Ofrece soporte a la parte baja del cuerpo, posicionando las piernas, caderas, rodillas y columna en una alineación anatómicamente correcta. Brinda alivio a las personas que sufren de lumbagos, rigidez muscular, várices y ciática. Reduce el estrés que se ejerce sobre las rodillas, emparejando la presión en las piernas.