CPAP proporciona presión positiva continua a las vías respiratorias del paciente a través de un tubo conectado a una máscara adherida a la cara del paciente. La presión positiva generada por el dispositivo evita el cierre de las vías respiratorias del paciente y la aparición de apnea. Esta terapia puede ayudar al paciente a mejorar la calidad de su sueño y en consecuencia mejorar su salud y calidad de vida.