Al dormir todos los músculos del cuerpo se relajan, incluyendo los de la nariz. Al inhalar los orificios nasales se contraen disminuyendo el paso del aire. Como reflejo, abrimos la boca para respirar mejor. Al hacer esto la mandíbula se mueve hacia atrás junto con la lengua y reducen el paso de aire por la garganta ocasionando que los tejidos blandos, como la úvula, vibren y generen el sonido que llamamos ronquido. Los imanes dentro del noseclip ayudan a abrir el pasaje nasal el cual previene el ronquido