La luz ultravioleta de onda corta quema la epidermis y no tiene capacidad de penetración. La luz infrarroja de onda larga alcanza zonas muy internas sin apenas dañar los tejidos. El calor se reparte de forma homogénea con elevado efecto terapéutico. Por sus efectos terapéuticos y analgésicos las lámparas de rayos infrarrojos son recomendadas en la práctica médica. Se utilizan para aquillas afecciones que pueden encontrar mejora por la aplicación de radiación calorífica discretamente penetrante y seca: reumatismo, artritis, dislocaciones, lumbago, neuralgia, reumatismo en el cuello, jaqueca,etc. Favorece una mejor absorción por la parte de la piel de cremas y lociones y es una óptica preparación para el masaje profesional. Los rayos infrarrojos son también de gran aplicación en los tratamientos de estética, en fisioterapia y en el ambiente deportivo.