Las sillas eléctricas, a diferencia de las autopropulsables o asistidas, incorporan un motor eléctrico que permite el desplazamiento de la personas de forma autónoma y sin esfuerzo. Estas sillas pueden incorporar funciones o equipamientos muy sofisticados que facilitan y ayudan en el día a día a las personas minusválidas o con alto grado de discapacidad.