Esto tiene la ventaja de que el operador solo tiene que operar una única infraestructura para la transmisión de voz y de datos. Para el usuario se proporcionan una serie de nuevas aplicaciones que ofrecen posibilidades de comunicación flexibles. De esta forma, los sistemas telefónicos pueden operar completamente basados en la nube. Los usuarios ya no necesitan tener su propio software de sistema y pueden utilizar todos los servicios de telefonía en cualquier lugar con acceso a Internet.